Publicado el 22/06/2022 por Valeria Sofia Vertel Martinez – Comunicadora Social para Turismo Eje.
Soluciones Turísticas nos brinda una gran aventura; pues su proyecto de investigación y creación de diferentes tours, que fomentan el turismo inmersivo y sostenible en el Quindío, nos ofrece la oportunidad de reconocer y experimentar diversos ángulos de la región, llegando incluso a rincones que abrazan los tesoros más valiosos de nuestro país y del mundo entero.
Vale la pena aclarar que Colombia es un lugar megadiverso a nivel mundial, se codea con países como China, Brasil o Australia; que llegan a tener una extensión hasta de nueve veces su tamaño, lo que nos permite dimensionar que Colombia es un territorio con una cantidad absurda de biodiversidad por metro cuadrado. Del mismo modo, si le hacemos un poco más de zoom a la foto, veremos que gran parte de esta diversidad se concentra en la región andina e incluso situándonos un poco más cerca, entenderemos cómo es que el Quindío, siendo el segundo departamento más pequeño a nivel nacional (después de San Andrés), cuenta con tanta densidad natural dentro de su territorio.
Ya un poco más contextualizados con lo que viene siendo la región en la que nos encontramos, podemos hablar del lugar específico al que iremos, una vereda que reposa a las orillas del río La Vieja y que se ubica en el limbo entre el Valle del Cauca y el Quindío. Para llegar allí, debemos partir desde el municipio de Montenegro, pues en la sede de Soluciones Turísticas nos espera un Jeep Willis cargado con chalecos de intensos colores como si un arcoíris indicara el camino.
Una vez listos, nos montamos y arrancamos hacia el occidente; en el camino podremos disfrutar del viento, los hermosos hogares o fincas cafeteras y una gran variedad de fauna y flora, que incluso jugaremos a esquivar durante este recorrido. A medida que avanzamos, descubrimos y asimilamos el encanto de estas tierras, pues el verde nos envuelve y la vía nos emociona.
Antes de llegar a nuestro destino estrella, una parada repentina nos permite apreciar la inmensidad con detención, pues a un costado de la vía nos encontramos con un mirador que divisa los volúmenes y los tonos de la vegetación que cubre la sierra. Estando allí, escuchamos las observaciones de nuestro guía, tomamos la foto y de vuelta a nuestro Willis, pues todavía nos espera la mejor parte del tour y la aventura hasta ahora empieza.
Puerto Samaria nos recibe con detalles, manualidades y artesanías de materiales reciclados, que adornan las fachadas junto a la vía e incluso el propio cielo sobre la misma. Seguidamente, si cruzamos el puente que nos conecta con el otro lado del gran río La Vieja, saludaremos a la comunidad y finalmente, conoceremos el hogar que nos abrirá sus puertas a lo que las palabras sólo podrían describir como un inesperado paraíso.
El paisaje que nos espera al bajarnos del vehículo es casi que inimaginable, solo estando allí somos capaces de entender la maravilla que acaba de revelarse ante nuestros ojos. La casa es hermosa y colorida, llena de plantaciones cargadas de frutos, hay patos recorriendo el lugar y vacas pastando junto a la orilla.
La vista que tiene la casa no es más que el amplio río y las montañas que lo rodean, es un paisaje realmente inmenso, impactante e imponente. Mientras tomamos un pequeño descanso, podremos disfrutar la vista y llenarnos con el brillo de los colores; veremos lanchas y a la comunidad local jugando junto la orilla, incluso los perros disfrutan del agua y de la alegría.
Sin terminar de digerir el lugar al que acabamos de llegar, nuestros guías nos preparan para la siguiente sorpresa, pues a tan solo unos metros de la casa, se esconde una cascada que parece salida de un cuento; para llegar debemos pasar entre la vegetación y saltar un par de rocas, es como estar en una cueva formada por los mismos árboles, la cascada resbala hasta una pequeña piscina natural y el agua que cae, sigue bajando por el camino de pozos y rocas que se pierden a lo lejos entre tanto verde.
Después de un breve chapuzón, nos despedimos de la cascada incluso más contentos de lo que ya estábamos y regresamos a la casa de nuestros anfitriones. Es aquí dónde nos tomamos una pausa para apreciar lo nutritivas que resultan este tipo de experiencias; es hora del almuerzo y doña Alba nos termina de enamorar con un exquisito sancocho, acompañado de arroz, arepa, ensalada, papa y pollo.
En ese momento resulta obvio el porqué se habla de Colombia como una tierra de encanto, no solo es agradable, realmente termina mostrándose mágica; lo extravagante de esta región nos invade a través de todos nuestros sentidos, pues los sabores son deliciosos y los olores diversos, nuestros ojos no pueden dejar de abrirse y saltar con tantos colores, formas, vida y movimiento, los sonidos activos de la naturaleza o las mismas voces de la gente nos estimulan, la temperatura cambia y nuestra piel lo siente, nuestras manos acarician fauna e incluso nos sostienen durante el recorrido. Escogieron bien el nombre, pues realmente se viven grandes aventuras.
Ahora bien, no olvidemos que eso solo fue una reflexión que nos quedó después de disfrutar un rico almuerzo en un lugar espectacular, por el momento debemos seguir con nuestro itinerario y mientras reposamos los alimentos, nos dejaremos impresionar por quienes ejercen la verdadera búsqueda del tesoro.
Nuestra siguiente parada es tan educativa como impresionante, pues si caminamos un poco hacia la dirección contraria de la cascada y bajamos al río, nos encontraremos con un padre e hijo que representan dos generaciones locales y que se roban el show mientras nos transmiten el arte de extraer oro directamente del río, oficio que fue enseñado igualmente por sus generaciones pasadas y que al día de hoy sigue siendo su sustento y cotidianidad.
Es acertado seguir mencionando la magia, pues don Mario nos revela cómo la práctica y la técnica correcta para el uso de las herramientas que ellos mismos han adaptado, hacen que el oro se revele poco a poco; entre millones de granitos de arena vemos cómo los destellos de polvo de oro aparecen frente a nuestros ojos.
Cómo si el oro no hubiera sido suficiente sorpresa, los chalecos de intensos colores que viajaron con nosotros y que ahora llevamos puestos a la orilla del río cobran un poco más de sentido, pues como si se tratara de una bobadita, nuestro guía nos invita a caminar
desde la orilla hasta el medio de la corriente, donde eventualmente será imposible pero también innecesario alcanzar el suelo; los chalecos y el agua harán todo el trabajo, nosotros flotaremos no en un río sino en un mar de emociones mientras la corriente nos arrastra nuevamente hasta la casa de doña Alba.
La sensación de estar inmerso en el río dejándose llevar por la fuerza del mismo, es algo incomparable, se siente la vulnerabilidad tanto como el disfrute; podremos gozar de esta experiencia las veces que el cuerpo nos aguante, pues vale la pena repetirlo y aprovechar tanto como podamos. Lo pequeños que somos en medio de la naturaleza suele ser algo que olvidamos dentro de nuestra cotidianidad, pero experiencias como las que Soluciones Turísticas ofrece, realmente nos transportan y nos recuerdan lo importante que es cuidar de nuestro entorno, podemos disfrutar nuestros paisajes al máximo si sabemos cómo tratarlos.
Después de un par de zambullidas, volvemos empapados al hogar que nos recibió durante el día, pues la familia de doña Alba nos espera para que nos sequemos y nos pongamos nuestra ropa de cambio. Ya un poco más secos y menos agitados, convivimos y conocemos un poco más a la familia; vemos a dos hijos, uno de ellos productor musical y también a un papá orgulloso, que desde que llegamos, también nos acompañó y enseñó sobre el lugar y quiénes lo habitan.
Junto al atardecer que cae, nos despedimos y volvemos a la vía, pues el viento que recibiremos en el Willys terminará de secarnos y volveremos completamente renovados a dónde nos encontramos en la mañana, aún sin comprender lo que deparaba nuestro día.
No se quede sin vivir esta o cualquiera de las actividades que la Alianza Gran Aventura ha ingeniado, para más información visite SolucionesTuristicas.CO
Escrito por Valeria Vertel, Comunicadora social, periodista y operadora hotelera.